domingo, 26 de febrero de 2012

Los jóvenes y su proyecto de vida

La Escuela Taller Fátima tiene más de 19 años formando para el trabajo. Capacita a más de 200 personas por año con cursos de oficios gratuitos y con título oficial. La directora, Teresa Carrillo, reflexiona en esta nota sobre la cultura del trabajo, cuenta los inicios del proyecto y las aspiraciones futuras.

La historia laboral de cualquier persona se inició con una primera experiencia. Quizá colaborando con un negocio familiar, con alguna changa, en algún comercio o empresa. Tal vez con un oficio o con un emprendimiento. Cualquiera sea el caso, el primer empleo marca el momento de ingreso al mundo del trabajo y el comienzo de una nueva etapa en la vida. ¿Qué importancia tiene la primera experiencia laboral?, ¿qué ha cambiado hoy en la cultura del trabajo?. Los que ya tiene más años pueden dar cuenta que el sentido del trabajo se ha resignificado con el transcurso de las épocas y los cambios que se han suscitado en las sociedades. ¿Cuáles son los desafíos que enfrentan los jóvenes en el mundo laboral?.

"Los desafios los tenemos que actualizar permanentemente",dijo Teresa Carrillo, directora de la Escuela Taller Fátima, quién trabaja en la formación de jóvenes a través de oficios en esta institución que comenzó a funcionar en 1993 en el barrio Troncos del Talar, de la ciudad de General Pacheco. Esta es una propuesta alternativa para el ingreso al mundo del trabajo fundamentada en la formación técnica, la cual comenzó a perderse en la Argentina en los años en que se privilegió la importación de manufactura por sobre la producción nacional y los oficios de carpinteros, torneros, mecánicos se hicieron muy dificiles de conseguir. "Hoy buscar un tornero es pensar en una persona mayor de 60 años, formada en la Argentina", cuenta Teresa.

Así, comenzaron a pensar la posibilidad de revitalizar los oficios esperando que la industria se reactive en el país y poder brindarle a los jóvenes la posibilidad de insertarse en el mercado laboral con una formación. Actualmente, la Escuela cuenta con 260 chicos estudiando, la mayoría en un rango etario entre los 16 y los 22 años. Carrillo explicó que son jóvenes que, quizá, en sus casas no han tenido experiencias de trabajo, sus padres no tuvieron un empleo fijo o calificado. "La cultura del trabajo hoy es diferente a la que pensabamos hace unos años", dijo y al respecto planteó que es importante tener la cabeza abierta. Señaló que esta cultura está marcada por las experiencias laborales y muchas veces no tiene que ver con su formación, sino con las posibilidades que el mercado les va ofreciendo.

La formación educativa previa es una de las claves en la formación para el trabajo. "Los chicos vienen de trayectorias educativas muy precarias, con una escolaridad básica, a veces, sin terminar", contó la Directora. Esto -agregó- representa un desafío para poder enseñar un oficio e implica una tarea de recomposición de las competencias básicas, como el pensamiento matemático, maneras de expresarse. El proyecto ofrece un apoyo a adolescentes donde el oficio se acompaña de un apoyo escolar y talleres sociales donde se abordan problemáticas própias de la adolescencia y su cultura. Allí se vinculan temas del mundo del trabajo al mundo de la salud, el arte, la no violencia. "Se empieza a ver que los chicos visualizan un proyecto de vida diferente, porque comienzan a trabajar su identidad, su autoestima".

En el caso de los adolescentes se trabaja con la reinserción escolar y con los jóvenes más grandes se trabaja con la inserción laboral. El proyecto incluye un módulo focalizado en el trabajo donde se desarrollan las competencias que tienen que ver con las actitudes en laborales y de herramientas sobre: cómo armar un curriculum, cómo desempeñarse en una entrevista, cómo buscar empleo, cómo presentarse frente al empleo, cómo redescubrir las trayectorias laborales que tienen, las cuales a veces no están valorizadas.

La trayectoria de la Escuela Taller hace que los chicos del barrio se acerquen espontáneamente a esta propuesta. "Hay un interés primario de los jóvenes por pertenecer al espacio", reconoció Teresa y explicó que ahí van tomando las herramientas que el espacio les brinda y se van apropiando como un lugar de crecimiento, de participación. "Los jóvenes participan mucho de lo que es la construcción del proyecto. Esto hace que tengan un sentido de pertenencia y generen un compromiso muy fuerte".

Este rol activo revela una lógica institucional de respeto que se complementa con el desarrollo de proyectos solidarios, donde quienes adquirieron el oficio se comprometen a desarrollar una iniciativa que devuelva a la comunidad lo que aprendieron. Así, se identifica una necesidad y se ofrecen soluciones. Por ejemplo, los carpinteros reparan sillas en un jardín de infantes, o las costureras hacen sábanas para el centro de salud. En una conversación muy interesante Teresa Carrillo compartió su deseo de que se pueda replicar en otros barrios: "El impacto de este tipo de proyectos es importante en la vida de los jóvenes".

ESCUELA TALLER FÁTIMA.
Calle Motzart 550, entre Triunvirato y Da Vinci.
Barrio Los Troncos del Talar. Teléfono: 4512-9449

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Fuente: Programa Pensar en Nada - Abril de 2010

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