Tener
prácticas solidarias, un buen desempeño en la escuela y “vestirse bien” son los
factores clave para que un adolescente sea “querido/a y reconocido/a por
todos”. Eso responden jóvenes de entre 11 y 17 años de todo el país cuando se
les propone que evalúen qué atributos, rasgos, habilidades y hasta decisiones
pueden incidir en la construcción de la popularidad y qué rasgos son valiosos
en esa tarea. Además, casi seis de cada diez creen que en cinco años estarán
“mejor” y algo más del 50 por ciento imagina que seguirá estudiando al terminar
el secundario, aunque este ítem revele cierto sesgo de género, en el cual las
chicas asocian su futuro al estudio con más recurrencia que los varones.
El 25
por ciento, en tanto, se imagina estudiando y trabajando a la vez, y sólo el 8
por ciento no sabe qué podría estar haciendo. “Esto demuestra que los chicos
están lejos de la inconciencia o el pesimismo. Eso no está dentro de su
paquete, de su mundo”, evaluó en diálogo con este diario el ministro de
Educación, Alberto Sileoni, para cuya cartera fue realizado el sondeo. El 54
por ciento dice que le “gustaría poder votar”, frente a un 34 por ciento al que
no le gustaría y un 13 que no sabe.
Las cifras
surgen de una encuesta llevada adelante en ciudades de todo el país por la
consultora Knack, parte de cuyos resultados este diario adelantó ayer en
exclusiva. El sondeo indagó en consumos culturales, usos tecnológicos,
expectativas de futuro a mediano plazo, actitudes y escalas de valores sobre
una muestra de 1202 entrevistados (el 51 por ciento varones; el 49, mujeres),
de los cuales el 21 por ciento reside en el Gran Buenos Aires, el 20 por ciento
en la ciudad de Buenos Aires y el 58 por ciento en distintos conglomerados
urbanos del resto del país.
En el
apartado dedicado a los atributos y las actitudes considerados necesarios para
ser “querido/a y reconocido/a por todos”, chicas y chicos respondieron
espontáneamente de modos muy similares. Sin diferenciar por sexo, el ranking,
de doce items, lo lidera “ser solidario” con el 27 por ciento, seguido de “que
te vaya bien en la escuela” (17 por ciento), “vestirse bien” (con el 13 por
ciento y sin especificación de lo que cada uno entiende por tal cosa), “tener
buen sentido del humor” (8 por ciento), “ser bien deportista” (5 por ciento),
“tener dinero para salir” (6 por ciento). La espontaneidad ranquea entre los
últimos valores, con el 5 por ciento, mientras que “saber hablar”, “ser
lindo/a” y “saber usar Internet” obtuvieron todos el 4 por ciento de
respuestas.
Curiosamente,
teniendo en cuenta que más de la mitad del total de encuestados (el 54 por
ciento, un número que se repite entre las mujeres y desciende una unidad al
tratarse de varones) dice que le gustaría poder votar, sólo el 3 por ciento
considera que para ser “querido/a y reconocido/a” es importante “estar informado”.
Y aunque “vestirse bien” ocupa el tercer puesto del ranking de atributos
positivos, “tener lo último en moda” es la respuesta menos elegida, con el 2
por ciento de adherentes, tanto entre chicas como entre chicos.
El final de
la escolarización parece lejos de ser percibido como un período de
preocupaciones. El 79 por ciento de los encuestados cree que al terminar el
secundario sin dudas estudiará: el 54 por ciento se imagina haciéndolo de
manera exclusiva; el 25, haciéndolo a la vez que trabajando. Las chicas se
inclinan considerablemente con más frecuencia a creer que se dedicarán al
estudio de manera exclusiva (el 65 por ciento), mientras que menos de la mitad
de los varones (el 44 por ciento) lo cree posible. “Trabajar solamente” es la
opción para el 11 por ciento de la muestra, con abrumadora mayoría de varones
(el 15 por ciento de ellos versus el 5 por ciento de ellas). El 8 por ciento
del total no sabe qué va a hacer; “tomarme un tiempo sin estudiar ni trabajar”
y “jugador de fútbol/ jugar a la pelota” ocupan los últimos lugares de la
lista, con un uno por ciento en ambos casos. Sin embargo, quienes responden no
saber si terminarán el secundario son solamente varones (el uno por ciento del
total).
El sociólogo
Luis Alberto Quevedo, docente de la UBA e investigador de Flacso, señaló a este
diario que los resultados son en parte sorprendentes. “Es alto el porcentaje de
chicos que se ven estudiando y trabajando, que se ven terminando el secundario.
Eso habla de una buena expectativa de desarrollo personal, y en algo que para
un chico de esa edad es corto plazo”, evaluó. A la hora de interpretar el sesgo
de género por el cual el 65 por ciento de las chicas se imagina sólo
estudiando, frente al 44 por ciento de los varones, Quevedo arriesga que, “si bien
han mejorado los indicadores de equidad en lo laboral, los chicos se ven
trabajando más jóvenes sin problemas, mientras que las chicas consideran que es
mejor capacitarse primero e insertarse laboralmente ya formadas”.
Fuente: Página/12
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