viernes, 16 de marzo de 2012

Mala educación

Muchas jóvenes no encuentran razones para seguir estudiando; en parte por la baja calidad de la educación que reciben. Al no verle el queso a la tostada a la educación, las adolescentes ven al embarazo como una elección válida.

Cualquier libretista o espectador de telenovela sabe que además del galán, la malvada y la actriz buena, hay personajes y temas que no pueden faltar en un culebrón. Por ejemplo, una viejita o viejito conocedor de un secreto que no revelará hasta el episodio final. Otro de los hilos que suele tejer la trama de las historias rosa en la TV es el embarazo precoz.

Presentado como metida de pata, prueba de amor, dolor de cabeza o futuro truncado, éste es uno de los temas favoritos de los escritores porque en buena parte refleja la realidad que vivimos. Venezuela cuenta con una de las tasas de embarazo en adolescentes (15 a 19 años) más altas de Sudamérica.

Según cifras de Cepal en el 2010, 1 de cada 5 embarazadas eran adolescentes; y de acuerdo con recientes declaraciones de Julio Borges, coordinador nacional de Primero Justicia, esa cifra subió en el 2011 según la ONU: 1 de cada 4 embarazadas eran adolescentes, y 1 de cada 100 eran menores de 15 años. Las cifras de embarazo precoz son preocupantes. El problema, que afecta con mayor fuerza a las jóvenes de menores ingresos y educación, es también un generador de pobreza porque limita las oportunidades de educación y progreso de las jóvenes madres y sus hijos.

¿Qué hacer al respecto? En general, cuando se discute el tema, se suele decir que la solución pasa por asegurarse que las jóvenes completen el bachillerato, es decir, más educación. Sin embargo, dos estudios recientes aportan nuevos ingredientes al debate. El primero, hecho por el Banco Interamericano de Desarrollo, titulado El fracaso educativo: embarazos para no ir a clases, argumenta que jóvenes que enfrentan obstáculos y desmotivación para la superación académica optan por quedar embarazadas para dejar la escuela.

Según esta investigación, muchas jóvenes no encuentran razones para seguir estudiando; en parte por la baja calidad de la educación que reciben, y en parte porque no creen que esa educación efectivamente les brindará mejores oportunidades en la vida. Ante este panorama, muchas de las adolescentes entrevistadas razonaban que un embarazo precoz era una opción racional y no una metida de pata. Al no verle el queso a la tostada a la educación, las adolescentes ven al embarazo como una elección válida.

El segundo estudio es del economista Robert Jensen (UCLA), quien tras realizar trabajos de campo en la India, concluyó que una mejora de las oportunidades laborales para los jóvenes terminaba convirtiéndose en un incentivo para que las muchachas pospusieran por unos años el matrimonio y los embarazos. Dicho de otro modo, al tener mejores oportunidades de trabajo a su alcance, las mujeres jóvenes buscaban sacar ventaja a estas opciones, postergando la maternidad.

Sin duda el tema es complejo, pero ambos estudios apuntan a la misma dirección: mejorar las oportunidades disponibles para nuestros jóvenes puede ayudar a disminuir la tasa de embarazos en adolescentes. No es sólo dar más educación, sino dar una educación de calidad y ofrecer a los jóvenes un camino claro hacia mejores empleos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...